Marcos Fidel Barrera Morales
Extracto de reflexiones, a solicitud
Amor y tentación, en oportunidades,
suelen ser presentados juntos. La tentación suele ser enfocada desde la
perspectiva de lo prohibido. Pero, no toda tentación es prohibición. Acaso, ¿es
prohibido el amor? ¿Está prohibida la ternura, el abrazo, el deseo, la
esperanza? Además, ¿está prohibida la máxima expresión del amor, como lo es el
bien?
Si bien es cierto que en el amor
pareciera no existir la prohibición, ¿es lícito amar en todo tiempo y lugar,
indistintamente de las circunstancias? ¿Es válido, incluso, el enamoramiento cuando ocurre en el contexto
de otra relación, y esto conlleva rupturas? Es dilema, la cuestión, más no
necesariamente aporema. El amor, a la manera bíblica, todo lo perdona, todo
lo soporta, todo lo comprende... ¿Todo?
Es difícil referirse al amor de manera trivial, porque ese amor, no es el amor de compromiso, de envergadura, de pasión, sentimiento y razón capaz de cualquier vórtice, a la manera de La Vorágine, de Rivera. Es difícil subestimar, cuando el amor implica entrega plena, en el instante máximo de la renuncia de quien más se ama, como Romeo, como Julieta, de Shakespeare. Es complicado, cuando el amor radica en entregar la vida a la espera, llegue o no llegue el encuentro… y si llega puede representar la finalidad de vida, como en El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez. Es, en oportunidades, entonces lícito guardar silencio cuando el amor implica desenlaces, a la manera de María, de Isaacs.
Es el amor una aventura. También,
riesgo. Lo es proeza, necesidad y euforia. De otra manera, también es dolor,
angustia, desazón… Es el amor conjugación, creatividad y esfuerzo. Y como todo
aquello que bien vale la pena, es el amor, también, sabiduría.
Y es esta sabiduría, en fin de
cuentas, tardíamente, la que funge de epílogo del amor, sea cual sea la
historia que trace.
Hablándose en relación a la pareja, La sabiduría del verdadero amor es la fidelidad. La sabiduría sin amor no es sabiduría; el amor es apoyo, donación, entrega en reciprocidad, porque el amor de uno puede ser la tentación del otro, así como el intelecto es al conocimiento, lo que el amor es para la sabiduría.
ResponderBorrarDe los amores novelescos puede analizarse inmadurez emocional, incapacidad de aceptarse para decir no más y dejar vivir. Sencillamente comportamientos pueriles