domingo, febrero 25, 2018

Arte


Arte



El arte de dirigir consiste en saber cuándo hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta.
Herbert Von Karajan. Director de orquesta austríaco.



Precisar una definición única de la expresión arte es riesgoso, especialmente por las posibilidades que confronta este término en la actividad regular en la cual se inscribe, como también en las implicaciones que lo que se hace en torno suyo produce. Sin embargo, puede definirse como arte –del latín ars, obra, trabajo-, como la actividad hecha con el propósito de impactar la sensibilidad, producto de la misma sensibilidad, como también efectuada con la intención de producir efectos intelectuales y de deleite en el imaginario y en la forma de percibir las cosas.


La perspectiva artística plena la vida.
La actividad artística es extensión de la naturaleza humana. Es expresión de sensibilidad, de admiración y de potencialidad. Corresponde a lo propio de las vivencias y constituye, a su vez, manifestación de deseo, igual que de propósito.

Corresponde el arte a la actividad que en torno a lo sensible, a lo bello, de igual manera que a lo expresivo bajo consideraciones especiales, ocurre en el entorno humano. Si bien la ocupación de cada día constituye un quehacer que ocupa, que plena, es arte si la tarea cotidiana se realiza con una intencionalidad adicional, marcada por lo regular por el sentido estético, por el disfrute. Porque el arte se basa en impresiones: en las propias del creador y en las que se producen en quien lo admira y en quien percibe sus efectos.

Sea como sea, el arte, visto como la actividad deliberadamente sensible, efectista, estética, plástica, orientada al deleite sensoperceptual, de igual manera que al efecto mágico de la imaginación y al resultado de su intelectualización es adjudicable a toda persona, más no toda persona puede considerarse artista. Es que el arte implica además de intención, necesaria formación y una decisión constante a su favor. Praxis y más praxis.

El arte es para todos en la medida que cada quien se interesa, unos en conocerlo y otros en hacer de él suprema motivación existencial.

 Marcos Fidel Barrera Morales
Emisora La Cometa. Progarma Espacio abierto. 11 de febrero de 2018


sábado, febrero 17, 2018

Gobernanza



Gobernanza

Marcos Fidel Barrera Morales
Emisora La Cometa. Programa Espacio abierto. 04.02.2018

I


No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.
Aristóteles
 
 
La actividad de gobierno es importante. En todo propósito organizacional, esta es necesaria. En toda iniciativa en la que imperen las decisiones y en la que grupos, colectividades y asociaciones estén afectados, su consideración es primordial. Por ello, la buena gestión de gobierno, de igual manera que la ejecución honesta determinada por la responsabilidad, por los propósitos de bien, son de grata referencia.

Equipo, co-gestión, mancomunidad de intereses.
Una buena gestión de gobierno siempre es meritoria. Produce alegría en sus gestores y constituye suma de felicidad en los favorecidos. A su vez, la buena coordinación asociativa indica sana disposición, excelente actitud e incluso manifestación de  sanidad mental. De igual manera preparación, responsabilidad y liderazgo.

Toda actividad que se cumple en nombre del ejercicio de la autoridad, contemplada en esta oportunidad en términos de gobernanza, es digna de reconocimiento. También de replicación. Porque las evidencias de la gobernanza son, en consecuencia, los que corresponden a toda buena experiencia asociativa: eficiencia, honestidad, equidad, justicia, paz, tranquilidad, confianza. Y obras, muchas obras.


La gobernanza es un vocablo orientado a comprender los procesos de buen gobierno, de ejercicio de la autoridad en términos de la bondad de sus propósitos y precisiones. Como lo dice Francisco Montes, “La gobernanza estudia todos los mecanismos, procesos y reglas a través de los cuales se ejerce autoridad de una organización” (Montes, en Gobernanza universitaria, 2015: 20).

La gobernanza constituye la teoría conceptual, de igual manera el constructo teórico, instrumental y político mediante los cuales se aprecia el gobierno y el ejercicio de la autoridad, en todo contexto, en toda forma asociativa. He ahí su importancia.

II

A pesar de lo expuesto anteriormente, hay que reconocerlo, no toda actividad de gestión se cumple desde la perspectiva coherente, eficiente, ni presenta los logros que se esperan de toda buena ejecución. De ahí que surjan los problemas que afectan la vida de pueblos, colectividades y asociaciones. Dadas estas condiciones es normal que, en este supuesto negado de la equívoca gestión, ocurran manifestaciones en contra de tales circunstancias, justificadas por el derecho social a rebelarse, particularmente porque los gobiernos se ordenan a los pueblos, más no lo contrario.

Desde la esencialidad ética que esta reflexión contiene, entonces, se hace obligatorio hacer un llamado a toda persona implicada en la gobernanza, entendida esta como el arte de gobernar bien, a ser efectiva, ejecutiva, productiva-, a fin de cumplir con los propósitos sobre los cuales la actividad gerencial y organizacional se estructura. Esto, teniendo siempre presente que gobernanza se aplica a todo: gobierno civil, poder político, actividad empresarial, gestión académica y científica… 

En toda actividad y propósito en los cuales las decisiones de unos y otros afecten a los demás, el concepto de gobernanza está presente. Luego, gobernanza es esto: alusión directa a la responsabilidad concreta de toda persona, grupo e institución interesados en el bien, en la felicidad, en la productividad y en sacar mejor provecho de las decisiones y de las acciones, siempre en aras de lo mejor para unos y otros. Como corresponde.



Referencia
Ganga, Francisco; Abello, Juan. 2015. Gobernanza universitaria. Santiago: Ril, editores.