jueves, noviembre 30, 2017

Importancia de la epistemología

Importancia de la epistemología


Marcos Fidel Barrera Morales
International Lifelong Learning University, ILLU
Euroamerican Learning University, ELU. Curazao
Convenio con Centro Internacional de Estudios Avanzados, Ciea-Syypal, Caracas
Cierre del programa postdoctoral en epistemología, cohorte 2017



Es característico de la epistemología ser reconocida como corpus conceptual que ampara los variados propósitos de acercamiento intelectual a eventos, hechos, circunstancias y al diario acontecer humano y social. A su vez, es vista como una modalidad del conocimiento soportada  en el saber que se sabe. Por ello, la epistemología se relaciona estrechamente con la ciencia: sobre ella argumenta, abstrae, razona. Y a partir de esta expone una modalidad de saber, metafóricamente hablando, de segundo piso.
La epistemología, puerta de acceso a los saberes.
Exige la epistemología una actitud abierta, crítica, acuciosa, además de intelectualmente ávida de conocimiento. No es para menos, pues constituye puerta de entrada a los saberes y, a su vez, requerimiento formal para la actividad científica interesada en las evidencias, por supuesto, pero también atenta al estudio de las ausencias, de las omisiones, de igual manera que de las emergencias. Es que la epistemología –estructura general de los saberes y ámbito natural para la racionalidad-, provee al interesado excusas suficientes para la incorporación de noticias relacionadas con el conocimiento. También, inserta al interesado en dinámicas intelectuales, así como en actividades de preparación para la hermenéutica formal. Y tal vez la novedad suya estriba en el poder hacer de la inventiva y de la creatividad instrumentos para la tarea orientada al descubrimiento, al develamiento y a la revelación.

El riesgo epistemológico
Riesgos inmensos tiene la epistemología. Uno, por lo demás clásico, lo representa el reduccionismo, presente cuando en su nombre se hace referencia única y exclusiva a una particular forma de ver las cosas y, en consecuencia, a una sola interpretación de los eventos y de los sucesos. Por ello, frente a esta circunstancia aparecen taxonomías, categorizaciones, adjetivaciones, a la vez que actitudes asociadas con la pretensión rectora del discernimiento, en estricto control de pensamiento, obra y omisión. ¿No es acaso esta la pretensión estructural denunciada por Foucault, cuando en sus argumentos advierte la tarea epistemológica reducida a Vigilar y castigar?
Otro riesgo lo constituye la amplitud de foco, de pareceres y de determinaciones, en la medida que avanza el estudio y el reconocimiento intelectual. Esta circunstancia niega el propósito de concreción, de análisis y, en consecuencia, las decisiones. El panorama abierto que provee la epistemología -a veces encantador y en oportunidades asustador-, puede llevar a la pérdida de referentes, de orientaciones y de coordenadas necesarias para la precisión intelectual. Este riesgo se omite si media la heurística epistemológica, la cual converge hacia metáforas y estructuraciones referenciales, a veces utilitarias. De igual manera se supera este riesgo si ocurre el efecto epistémico, asociado este con la admisión de una manera de apreciar la totalidad y, en medio del sesgo y la aparente reducción, producir el rasgo arquimediano que, en una paráfrasis asociada con este mundo puede expresarse, así: dame un asidero epistémico y cambiaré el mundo.
Un nuevo riesgo lo constituye la tendencia a soslayar la epistemología, la tendencia a minimizarla y a obviarla, en oportunidades por su aparente densidad y, en ocasiones, por los propios cuestionamientos que genera. Esto se debe a que la epistemología es rigurosa, exigente y se soporta en la acuciosidad intelectual, en aras de la obtención de un conocimiento distinto al que motiva el interés intelectual primario. A su vez, en oportunidades, la epistemología es molesta porque, como lo exponen sus teóricos, es crítica en palabras mayores. Crítica, por supuesto, no doxa. Crítica que, a la manera de un ejercicio apropiado suyo, es severa en sus juicios.
Los anteriores riesgos, y otros más, están y estarán presentes en la actividad epistemológica. Por ello, una actitud sana, la correspondiente honestidad intelectual, la apertura a la crítica, la mencionadas rigurosidad y la atención al hecho científico, y más, ayudan para el cumplimiento de tareas asociadas con esta práctica de los saberes, también con el cumplimiento de gestiones suyas, como el conocimiento, el re-conocimiento, también el análisis, la crítica, la construcción, la interpretación… y la creación.

Conjugación epistemológica
La epistemología, evidentemente, es complejidad. Es transcomplejidad. Mas, es auténtica racionalidad. Sin embargo, todo esto se aprecia de mejor manera cuando se desarrolla como un trabajo de artesanía intelectual caracterizado por el profundo deseo de conocer y, en esa finalidad, por el anhelo de encontrar un tipo de saber que, una vez que se hace consciente, se diluye en nuevas comprensiones. Porque este es otro rasgo del pensar epistemológico: evolucionar –al sí mismo se aplica este concepto-. Además, trasciende las meras categorías gramaticales, es transformacional y transgresor de todo orden.
La epistemología supera las afirmaciones de oportunidad y de contexto y se abre, siempre, al escenario donde lo probable, lo posible y lo incierto se conjugan, nuevamente, a favor de la formulación histórica de nuevo saber, en relación directa y proporcional con el devenir de la ciencia. Sin descuidar que la misma epistemología toma vuelo, de tal manera, que en oportunidades asume liderazgo científico.
Se ha dicho, la epistemología es condición sine qua non para todo intento asociado con la ciencia, además de constituir puerta de acceso directo al discernimiento filosófico.
Caracas, noviembre de 2017
 
Dedicado a los doctores: Abimael Bolaños López, México. José Manuel Salum Tome, Chile. Benjamín Barón Velandia, Colombia. Julio Armando Rodríguez Ortega, Colombia. Mario Condori Nina, Bolivia. Venezuela: Mercedes Torres de Pérez. Jean Carlos Ferrer Chourio. Claudy Francisco Viera Nieves. Sunny Raquel Perozo Chirinos. Nohemy del Carmen Yépez Barco. Miguel Ángel Núñez Bottini. Mirza Marvel Cequea. Omar Escalona Vivas.

sábado, noviembre 25, 2017

Semántica y argumentación


Semántica y argumentación


Para estudiantes del Doctorado Ciencias de la educación, Umecit, Panamá
Seminario: Corrientes pedagógicas y filosóficas de la educación


Un dilema digno de ser tenido en cuenta por los argumentistas y por los estudiosos de las argumentaciones estriba en el uso indiscriminado de términos cuya implicación de sentido a lo largo de las afirmaciones es de peso, de importancia extraordinaria, pero que debido a la presunción de conocimiento puede derivar -este uso- en ambigüedad e imprecisión, cuando no contradicciones.
Doctorado Economía, Univ. Simón Bolívar, Barranqilla, Col.









Esto se debe a la práctica imaginativa marcada por la aceptación tácita de que existe un común significado a partir del cual se puede crear un discurso general –paradigma kuhneano-, de amplia aceptación y entendimiento, por lo regular soportado en los términos, más que en los significados. Cosa realmente paradójica. Ante esto, surge la exigencia, entonces, de la necesaria precisión de términos y conceptos cuando se efectúa un acercamiento destinado a afinar el sentido de un constructo y, por ende, a formular los conceptos esenciales, situación que obliga a apelar a semántica particular y a significados apropiados, en aras de determinar afirmaciones consecuentes, cónsonas con los propósitos científicos, amén de comunicacionales -asunto, por lo demás, de interés semasiológico-.
El acercamiento conceptual a cualquier propósito que gire en torno al escrito, a la argumentación, a la práctica de los saberes y a la precisión teorética obliga a la identificación de las tendencias que fungen como deterministas en las formas de pensar y del raciocinio. Esto, porque cualquier constructo está mediado por patrones culturales, de igual manera que por referentes teóricos previos y matrices racionales anteriores al propósito significacional en ciernes, capaces estos de determinar las maneras, los estilos y las convenciones relacionados con la elaboración de los argumentos. Por ello, suele incluso confundirse anticipación con mera confirmación instrumental de saberes previos. Claro está, esto se advierte mejor si se efectúa el acercamiento con sentido crítico, especialmente desde la perspectiva epistemológica.
Importa, entonces, desarrollar la práctica conceptual que permita, con perspicacia intelectual, identificar amarres ideológicos, también descubrir los condicionantes semánticos de significado capaces de perturbar la reflexión, responsables a su vez de comprometer el raciocinio y la inteligencia en lógicas caracterizadas por la circularidad. Pues, cuando se presenta esta -la circularidad, en este caso cultural-, queda evidenciado que cada producto corresponde, entonces, a variaciones de la misma argumentación. Por esto, se reconocen productos en los cuales aquello que se dice es lo mismo a lo expresado de otra manera, en otros efectos, reduciéndose la distinción de sentido a distractores morfológicos, tales como el orden de las afirmaciones, la distribución de las ideas, igual que de los conceptos y de los términos. Expresión de una forma de homogeneización y normalización de los saberes, digna de advertencia y estudio.
En sentido general, se puede advertir que en la cultura de la circularidad semántica y conceptual está presente la ratificación de una única manera de ver las cosas, como ejercicio ideológico en grado mayor. Ideology in real time.
Es de esperar que se perciba esta complicación y, a su vez, problema conceptual y epistémico, además de filosófico, en toda argumentación, capaz de reducir las posibilidades de desarrollo intelectual, incluso los requerimientos más esenciales en materia científica, como -exempli gratia- la descripción, la comparación, el análisis, la predicción, la proyección…
Con una actitud crítica, de distanciamiento intelectual, a la vez que de beligerancia en términos de creatividad, se puede avanzar en torno al propósito racional de acceder a las formas del pensar subyacentes en las corrientes y teorías, también en las inquietudes y prácticas, sean estas tendencias formativas, ideológicas, imaginativas, replicativas, anticipatorias. Entre otras. De igual manera, con la actividad abierta se propicia la emergencia conceptual, la novedad, el raciocinio, de igual manera que el chispazo heurístico.
¿Cómo tener presente estos aspectos en el trabajo científico y en las argumentaciones?

Marcos Fidel Barrera Morales
Bogotá, 23 de noviembre de 2017
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