sábado, noviembre 25, 2017

Semántica y argumentación


Semántica y argumentación


Para estudiantes del Doctorado Ciencias de la educación, Umecit, Panamá
Seminario: Corrientes pedagógicas y filosóficas de la educación


Un dilema digno de ser tenido en cuenta por los argumentistas y por los estudiosos de las argumentaciones estriba en el uso indiscriminado de términos cuya implicación de sentido a lo largo de las afirmaciones es de peso, de importancia extraordinaria, pero que debido a la presunción de conocimiento puede derivar -este uso- en ambigüedad e imprecisión, cuando no contradicciones.
Doctorado Economía, Univ. Simón Bolívar, Barranqilla, Col.









Esto se debe a la práctica imaginativa marcada por la aceptación tácita de que existe un común significado a partir del cual se puede crear un discurso general –paradigma kuhneano-, de amplia aceptación y entendimiento, por lo regular soportado en los términos, más que en los significados. Cosa realmente paradójica. Ante esto, surge la exigencia, entonces, de la necesaria precisión de términos y conceptos cuando se efectúa un acercamiento destinado a afinar el sentido de un constructo y, por ende, a formular los conceptos esenciales, situación que obliga a apelar a semántica particular y a significados apropiados, en aras de determinar afirmaciones consecuentes, cónsonas con los propósitos científicos, amén de comunicacionales -asunto, por lo demás, de interés semasiológico-.
El acercamiento conceptual a cualquier propósito que gire en torno al escrito, a la argumentación, a la práctica de los saberes y a la precisión teorética obliga a la identificación de las tendencias que fungen como deterministas en las formas de pensar y del raciocinio. Esto, porque cualquier constructo está mediado por patrones culturales, de igual manera que por referentes teóricos previos y matrices racionales anteriores al propósito significacional en ciernes, capaces estos de determinar las maneras, los estilos y las convenciones relacionados con la elaboración de los argumentos. Por ello, suele incluso confundirse anticipación con mera confirmación instrumental de saberes previos. Claro está, esto se advierte mejor si se efectúa el acercamiento con sentido crítico, especialmente desde la perspectiva epistemológica.
Importa, entonces, desarrollar la práctica conceptual que permita, con perspicacia intelectual, identificar amarres ideológicos, también descubrir los condicionantes semánticos de significado capaces de perturbar la reflexión, responsables a su vez de comprometer el raciocinio y la inteligencia en lógicas caracterizadas por la circularidad. Pues, cuando se presenta esta -la circularidad, en este caso cultural-, queda evidenciado que cada producto corresponde, entonces, a variaciones de la misma argumentación. Por esto, se reconocen productos en los cuales aquello que se dice es lo mismo a lo expresado de otra manera, en otros efectos, reduciéndose la distinción de sentido a distractores morfológicos, tales como el orden de las afirmaciones, la distribución de las ideas, igual que de los conceptos y de los términos. Expresión de una forma de homogeneización y normalización de los saberes, digna de advertencia y estudio.
En sentido general, se puede advertir que en la cultura de la circularidad semántica y conceptual está presente la ratificación de una única manera de ver las cosas, como ejercicio ideológico en grado mayor. Ideology in real time.
Es de esperar que se perciba esta complicación y, a su vez, problema conceptual y epistémico, además de filosófico, en toda argumentación, capaz de reducir las posibilidades de desarrollo intelectual, incluso los requerimientos más esenciales en materia científica, como -exempli gratia- la descripción, la comparación, el análisis, la predicción, la proyección…
Con una actitud crítica, de distanciamiento intelectual, a la vez que de beligerancia en términos de creatividad, se puede avanzar en torno al propósito racional de acceder a las formas del pensar subyacentes en las corrientes y teorías, también en las inquietudes y prácticas, sean estas tendencias formativas, ideológicas, imaginativas, replicativas, anticipatorias. Entre otras. De igual manera, con la actividad abierta se propicia la emergencia conceptual, la novedad, el raciocinio, de igual manera que el chispazo heurístico.
¿Cómo tener presente estos aspectos en el trabajo científico y en las argumentaciones?

Marcos Fidel Barrera Morales
Bogotá, 23 de noviembre de 2017
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