Teoría
del universo abismal
Marcos Fidel Barrera
Morales
En todas direcciones, en todas proporciones, atracción de fondo |
La Teoría del universo abismal (MFBM, 2015) constituye el reconocimiento de que la
totalidad del cosmos está comprometida en un proceso dinámico, progresista, escalar,
capaz de retroalimentarse a sí mismo, en condición de generar una actividad
autogestionaria suficiente. Esto, tanto en lo minúsculo como en lo mayúsculo.
En lo infinitivamente pequeño y en lo infinitamente grande.
Esta teoría está
sustentada en las propias condiciones físicas y energéticas que impulsan a
comprender que la percepción expansiva del Universo –Hubble-, comprobada a través de la física, la matemática y la astronomía –efecto Doppler-, constituye
evidencia de la convergencia infinita de la materia y de la energía en un
abismo omnidireccional. Una forma de coincidencia en un vasto horizonte, difuso, de oportunidades en el
que decantan todas las historias (Feynman).
De esta forma, –a la
manera de una cascada infinita, en todas las direcciones-, colapsa el universo
entero. Sin embargo, este crash genera,
a su vez, un efecto de retroalimentación y de creación, de tal magnitud, que potencia
la ampliación de todos los espectros, de igual manera que la creación de
universos, en medio de las vastas posibilidades de todo propósito. Es como una
suerte de autorreplicación del infinito, en todas las direcciones -caológico, cosmológico-,
que no puede ni debe reducirse a coordenadas cartesianas, pues ampara
posibilidades abiertas.
La teoría del universo
abismal se soporta en las observaciones de la física y aprehende las variadas posturas
acerca del origen del universo. Entre tantas, el big bang –Hawking-, el universo estacionario -Bondi, Gold, Hoyle-, el
universo en expansión –Guth.- la teoría oscilante del universo –Tolman-, y el
quiebre cósmico o big crunch –Hawking-.
Estas teorizaciones configuran una única posibilidad novedosa y creativa que
puede enunciarse como argumento exponencial, en los siguientes corolarios:
1. El universo es y está ahí. El ser y el estar tienen la
condición de posibilidad: como es, como fue, como puede ser.
2. El universo se dinamiza, se recrea, se expande de manera
vertiginosa. Luego, se regenera a sí mismo.
3. El universo creativamente colapsa en el infinito como efecto
omnidireccional que propicia la insurgencia de energía, de espaciotiempo, de cosmos.
4. El universo está motorizado por el caos. Por ello, toda evidencia es de caos.
5. El universo, en consecuencia, es permanente posibilidad,
potencialidad, factibilidad, riesgo.
6. El universo es eterno.
Figura.
La metáfora alfanumérica
La Teoría del universo
abismal tiene como símbolo de representación el alfa griego, que en su extensión
multidireccional -hacia el infinito- crea rizos de retorno y asomos de
configuración que remiten a la retroalimentación, en un efecto que conjuga la
condición entrópica del universo, en medio de la necesaria consideración
sintrópica. Esta admisión sostiene todo propósito cósmico de posibilidad
abierta –entropía-, que trasciende la naturaleza isomórfica e isotrópica, en
términos de posibilidad, a partir de la manifestación de un algo, definible
–sintropía-, ya sea como realidad, ya sea como potencialidad, ya sea como
posibilidad e, incluso, cualidad. Esto, según cada momento, oportunidad e
historicidad (Neumann). En términos ontológicos, el recurso entrópico-sintrópico-entrópico conlleva
toda posibilidad que indique de alguna manera la eventual concreción, la oportunidad
real de precisar tanto seres, como entes: el ser en cuanto que es, y el ente en
cuanto que existe.
Por ello, en el terreno
de lo fáctico -sin reducir la argumentación a este campo-, la liberación de energía y la potestad
heurística del suceso cósmico, vasto, abismal, infinito, se manifiesta a través
de cualquier precisión, así mismo que en orden a cualquier posibilidad. Por
ello, origen, manifestación, definición, extensión, expansión, colapso, se
conjugan, a fin de propiciar la emergencia de la metáfora general que en
términos simbólicos, además de matemáticos y geométricos, se representan –para
aplicaciones concretas- en la figura toroidal matemática, de extrema
complejidad.
Fig.
Toroide matemático, cósmico y universal
Este recurso simbólico de soporte matemático configura una metáfora física, conceptual y argumental que remite a la comprensión del universo como espaciotiempo, como evento, realidad y posibilidad, amén de capacidad y potencialidad, que en grado mayor se precipita en un infinito creativo que conlleva la posibilidad cósmica de la propia potenciación. Luego, la expansión, por ejemplo, queda como registro de la ampliación de posibilidades, a la vez que evidencia de la capacidad poiética del universo que tiende necesariamente al abismo de posibilidades… para luego emerger como principio creador.
Barrera
Morales, Marcos Fidel:
2014:
Filosofía de la ciencia. Caracas:
Quirón.
2007. Holística. Caracas: Quirón.
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1998. La totalidad y el orden implicado.
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A través del maravilloso espejo del
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López, Cayetano. 1999. Universo sin fin. Taurus.
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