jueves, marzo 28, 2013

Reflexiones. Investigación y educación

Marcos Fidel Barrera Morales


Las expresiones semánticas son más que simples -en el decir de Wittgenstein- juegos del lenguaje. Evidencian en su explicitación tanto formas aprehensivas, como comprensivas y prácticas. Sin embargo, obviamente, no todo se reduce a la semántica, porque de ser así, bastaría con nombrar algo para que fuera, o decir cualquier cosa con pretensión alguna, para que lo mencionado concurriera, cosa que no necesariamente sucede. De ser así, se estaría ante una dimensión absoluta, o tal vez mágica de la palabra... El lenguaje es esencial, pero no lo es todo.


En la actividad centrada en la investigación, todos los aspectos de la lingüística son significativos: nombre, pronombre, sujeto, verbo, predicado, complemento, adverbio, sustantivo, adjetivo... Todo importa. Si se toma, por ejemplo, el caso del sustantivo y del adjetivo en la explicitación científica, con el primero se precisan los eventos y con lo segundo se refuerzan dichos eventos, se amplía su consideración, se profundiza en ellos. Sin embargo, la adjetivación curiosamente puede relativizar y desviar la atención del evento en ciernes. Este es el caso, por ejemplo, cuando se ocupa el interés en precisar el estado del arte en torno al quehacer investigativo, con respecto a la naturaleza de la educación, y dicho interés es diferido a través de adjetivaciones que si bien amplían el sentido de la sustantivación, pueden, a su vez, confundir. Es que, acaso, ¿la investigación no contiene en sí misma capacidad formativa, o es que hace falta advertir sobre una forma distinta -la investigación educativa, o la investigación formativa-, con un reconocimiento tácito e implícito de que la investigación, a la cual alude la frase, no contempla suficientemente la educación, ni como propósito formal ni como praxis real? 

Si se acepta que la investigación es, per se, educativa, entonces debería preferirse hablar de investigación, en sentido lato, claro está, a partir de una comprensión que incorpora lo formativo como condición sine qua non de la actividad científica. De otra forma, si de adjetivación se trata, se abre un amplísimo abanico: el de las aparentes distintas formas de la investigación, lo que podría llevar a una dispersión de la actividad centrada en un mismo propósito pues la investigación, en este supuesto negado, estaría determinada no por el sustantivo sino por su adjetivo. Entonces, cualquier cosa podría adjetivarse con propósitos de sustantivación: investigación científica, manual, práctica, investigativa, formativa, cualitativa, cuantitativa, experimental, grande, chica, hermenéutica... (sin alusión directa explicativa en torno a los sintagmas adjetivales de la lingüística de Saussure).

Llegado este momento, conviene más señalar que la adjetivación en terrenos de la investigación se ha orientado a advertir más –en su pragmática metodológica-, la condición teleológica, que da origen a los tipos de investigación... Esto permite, entonces, reafirmar que la investigación es una constante que anima lo demás, ya que al plantearse como condición necesaria converge al concepto de cultura...

(Sigue. Preámbulo de la conferencia: Upel, Posdoctorado San Juan de Los Morros. Sede del Cnp. 3 abril 2013). 
Foto de Cecé. Grupo de doctorandos de Upel/Rubio/Sbn. de Mndz. Taller Atlas/Ti, Ciea-Sypal.

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