La motivación-acción
Marcos Fidel Barrera Morales
Alegría, motivación, acción. |
Marcos Fidel Barrera Morales
El asunto de la motivación
es serio. Tiene que ver con deseos y apetitos, preocupaciones y ocupaciones,
inspiraciones y aspiraciones. Todavía más, concierne a las realizaciones, porque
si no hay motivación, ¿qué se logra?, ¿qué se hace?, ¿qué se cumple!
Toda motivación constituye
una fuerza que impele, que dirige y orienta. Esta conduce a los hechos y, en
consecuencia, a la resolución de propósitos, a la creación de las realidades
que distinguen la vida de cada quien, que antes, durante y después de su logro
entusiasman.
Si no hay motivación –de motus, movimiento-, si no hay acción
intencional en torno a cosas que entusiasmen, animen y propicien… ¿qué?
Para evitar que la apatía y
la indiferencia copen las posibilidades que toda motivación guarda, conviene
favorecer las cosas que impulsan la motivación, tales como la formulación de
objetivos, los determinación de propósitos, la atención a los deseos, el
estudio de necesidades, la identificación de las obligaciones, los imperativos
de orden legal y formal, la intensidad del imaginario…
Porque, cualquiera puede
proponerse algo o estar urgido de cualquier acción, pero si carece de
motivación, entonces, todo se quedará en veremos.
Las motivaciones están
justificadas por múltiples aspectos. Ellas son responsables del ímpetu, del
esfuerzo y la concreción. Conviene, entonces, favorecerlas mediante el
entusiasmo, las actitudes-pro y las acciones que demuestren, tanto su
importancia como sus beneficiosos efectos.
Recuerde:
sin-motivación-no-hay-acción.
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San Joaquín de Turmero, Aragua, enero de 2012.
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