lunes, enero 06, 2014

Semasiología


Marcos Fidel Barrera Morales


A Radamés Guzmán. Karlin Mezones


La semasiología propicia la génesis de conocimiento por
vía de varias opciones reales: construcción, derivación,
conjunción, eulerización, creación. Cualquier desarrollo
argumentativo nace como expresión neta de historicidad
sincrónica. 
                Diversas variaciones de sentido se pueden plantear acerca de la semasiología. Una de ellas estriba en considerarla recurso auxiliar de la lingüística, especializada en la determinación de conceptos, dada la relación de términos que presenta una expresión cualquiera. Otra,  que se especializa en ocuparse del estudio de las palabras en relación con el contexto y la oportunidad de su uso. Estas precisiones la distinguen de expresiones parecidas, como semántica, semiótica y semiología.

             Si bien la semántica se reserva más para aludir al estudio del significado de los términos, en sentido lato, y tanto la semiótica como la semiología para el estudio de los signos (Saussure. Guiraud, Garroni, Eco…), la semasiología se especializa en la precisión de conceptos en las oportunidades y contextos en los cuales tales afirmaciones deben hacerse por exigencia de rigurosidad (Barrera, 2014). Esta situación pretende básicamente evitar malos entendidos provenientes de sobreentendidos sin entendidos (Castilla del Pino), típicos de situaciones en las cuales se acepta que existe una comprensión -tácita, a veces, implícita, en otras-, de algo, comprensión que a la hora de la verdad está mediada por variadas acepciones, lo que origina ambigüedad y confusión. 
               Semasiológicamente hablando, la significación y el sentido se dan en la inmediatez de la circunstancia, y se recomienda para aspectos medulares. De ahí que la semasiología corresponda a un ejercicio de significación asociada a una condición sincrónica, pues el sentido también está en correspondencia con la oportunidad en la cual las precisiones ocurren. 
Inicialmente, la semasiología se puede entender como el ejercicio comunicacional especializado en la determinación de conceptos a partir de un término y sus relaciones (Diccionario Enciclopédico. 2009. Larousse), pero el asunto es más complejo que la resultante de un simple juego de palabras, pues la semasiología es la encargada de determinar el sentido de algo –palabra, dicción, frase, evento, hecho, situación-, en el contexto, en aras de ratificar -en la oportunidad en que tal propósito se presente-, el sentido que le corresponde. Es como descubrir la dimensión kairológica del lenguaje, de la comunicación y de la ciencia. Ergo, tiene como propósito determinar noción, sentido y pertinencia. De ahí que se constituye la semasiología en un recurso descriptivo, analítico en otras oportunidades, cuando no explicativo, destinado a facilitar el entendimiento en torno a eventos, temas, circunstancias, estudios y otros requerimientos. También ampara la derivación hacia neologismos, acepciones nuevas y, sencillamente, la conformación de afirmaciones inéditas. Estos aspectos le otorgan a la semasiología la cualidad epistémica, pues la hace viable, susceptible y favorable a la generación de conocimiento.
El rastreo de la semasiología lleva al nacimiento de las lenguas romances y su consolidación, lo que conlleva el estudio del surgimiento de las naciones. Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo -a finales del Siglo XIX y en el marco de sus estudios sobre el lenguaje bogotano-, ubican el término en la Alemania del Siglo XIX, pues la expresión -que si bien proviene del griego, mucho antes de Cristo- se adjudica en 1825 al latinista Christian Karl Reisig (Caro y Cuervo, Obras, 1987). De igual forma que Corominas (1961), quien fija el nacimiento en Alemania, en 1839. Las fuentes coinciden en advertir que la palabra deriva del griego semasía, significado, semeión, signo. Legeín, expresión que alude al logos en acción. Es bueno tener en cuenta que tiempo antes, John Locke, en el libro III del Ensayo sobre el entendimiento humano ya se refería a una disciplina similar, la semiótica, y la inscribía en terrenos del lenguaje (S. XVII). De ahí que tanto semántica, como semiótica se confundan con la semasiología, en el propósito de advertir sobre el habla, los significados, la producción de sentido y la generación de conocimiento.

De qué se ocupa
La semasiología es la disciplina auxiliar de las ciencias interesada en el estudio de los términos, de su relación con el contexto y de las implicaciones de significación que corresponden. Se ocupa del estudio de los sentidos (significaciones), de las precisiones semánticas y de la derivación de los conceptos, en el tiempo, oportunidad y circunstancia demandados. Este propósito se hace a fin de elaborar precisiones conceptuales que se ajusten con más propiedad al propósito argumentativo de
1.   decir (pronunciar, afirmar);
2.   decir lo que se dice (enunciar, explicitar, describir);
3.   decir lo que se dice con lo que se dice, en términos de lo que se dice (ratificar, univocidad, precisión)…

Método
Los pasos relacionados con la semasiología obedecen a su naturaleza pragmática, por corresponder a las precisiones semánticas y contextuales asociadas con el imperativo de determinar conceptos, según la idoneidad, el sentido, la oportunidad y las circunstancias. En consecuencia, el efecto significativo del proceso conlleva, en términos de aplicación científica, cierta rigurosidad, a fin de garantizar tanto la propiedad del desarrollo, como también las implicaciones de sentido que del ejercicio se derivan.
Es importante recalcar que existe un momento especial, denominado efecto semasiológico, el cual corresponde al instante en que ocurre la precisión del concepto, en lo que se quiere, concepto que no necesariamente se aplica a otras instancias y oportunidades, pues no es propósito de la semasiología generalizar. Nunca. Aunque, siempre existe la posibilidad de extender el sentido a otros momentos y ejercicios, como recurso didáctico de aproximación, más no como forma taxativa ni mucho menos de generalización pues, aparte de evitarse así la sinécdoque (visto como reduccionismo), se reivindica el propósito de ubicar toda precisión conceptual en el ámbito que le corresponde…

Pasos
El ejercicio semasiológico contempla tres momentos básicos, Identificación, precisión y determinación, así:
1. Precisión de aquello que se quiere significar, semasiológicamente. Esto es, en tiempo, oportunidad, circunstancia y literalidad.
2. Determinación de acepciones, interpretaciones, percepciones, representaciones. Suerte de arqueología foucaultiana del saber.
Y 3. Conformación del sentido propio de lo que se quiere procesar semasiológicamente: evento, idea, teoría, circunstancia, desarrollo... Construcción de la conceptualización: actualización. Teorización.
El ejercicio semasiológico permite, entre otros efectos, precisar de mejor manera lo que se quiere, a fin de favorecer desarrollos conceptuales, ejercicios analíticos y actividades donde la unidad de sentido prima. A su vez, ayuda en la tarea de lograr precisiones de orden teorético, superada en cierta forma el formalismo y la determinación de saberes previos. Se debe insistir, entonces, en que la semasiología aclara los conceptos esenciales sobre los cuales se yergue cualquier argumentación: esto, con la intención de obtener claridad, distinción y precisión, más que terminológica, de sentido, de orientación, de oportunidad y relevancia.
Ayuda la semasiología a superar las dificultades derivadas de las afirmaciones que se hacen sin que se devele el significado formal de los aspectos esenciales, dada la polisemia de los términos, como también por la ausencia de explicación de las variadas metáforas que suelen acompañar cualquier definición, concepto y precisión terminológica de importancia. A su vez -cosa muy importante-, la semasiología da paso a la creación de conceptos, a la formulación de aspectos decisivos para la teorización, la argumentación y la explicación, cosa por lo demás ambicionada en el desarrollo general del conocimiento. He ahí su singularidad epistemológica.

Referencias
Barrera Morales, Marcos Fidel. 2014. Filosofía de la ciencia. Caracas: Quirón
Castilla del Pino, Carlos. 1973. La incomunicación. 6ª edición, Barcelona, Península.
Corominas, Joan. 1961. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Gredos.
Cuervo, Rufino José. 1987. Obras. Tomo II. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.
Eco, Umberto. 1986. El tratado ausente. Barcelona: Lumen
Garroni, E. 1973. Proyecto de semiótica. Barcelona: Gustavo Gili.
Guiraud, Pierre. 1980. La semiología. México: Siglo XXI Editores.
Locke, John. 2007. Ensayo sobre el entendimiento humano. Madrid: Porrúa.
Saussure, Ferdinand. 1961. Curso del lingüística general. Buenos Aires: Losada.
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