domingo, enero 26, 2014

Objetivos en investigación


Marcos Fidel Barrera Morales
      


Foto, investigadores en la Ucab, Caracas. Este texto 
corresponde al Prólogo del libro Formulación 
de objetivos de investigación, de Jacqueline Hurtado. 
Caracas, 2010.
El pensamiento aristotélico consagra la importancia de reconocer que el ser se determina por su finalidad. El discurso teleológico que de él se deriva signa los propósitos de cualquier índole asumidos por el humano en cualquier sociedad y en cualquier tiempo. Si la claridad en cuanto al qué (se es) se obtiene mediante la precisión del para qué (se es), entonces son los objetivos los que determinan la naturaleza de las cosas, siempre y cuando el objetivo que se exponga esté en consonancia con dicha  naturaleza.
Porque es importante recalcar que no se trata de cualquier objetivo, sino de uno que esté en correspondencia con lo que se es. Lo anterior se puede explicar con un ejemplo sencillo. Si se tiene un lápiz, ante la pregunta ¿cuál es su objetivo?, la respuesta inicial puede ser: la finalidad del lápiz es escribir. Es el trazar rasgos lo que precisa el sentido del utensilio en cuestión. Si el lápiz se usa para otra cosa, lo cual puede ocurrir dependiendo de las circunstancias, por ejemplo para golpear un objeto, no necesariamente se da cumplimiento a la condición teleológica del lápiz, como objeto para efectuar trazos. Esto lleva a comprender aún más que la finalidad de los seres es extensión de su naturaleza, como también que un objetivo distinto puede distorsionar el sentido real del ser, del cual se trate.
En términos temporales, el objetivo remite al futuro -por cuanto la condición finalista, teleológica, es la determinante del ser y esta, pese a que se pueda estar dando en un presente, alude necesariamente a un porvenir-. Visto lo anterior, se puede afirmar, entonces, que ¡es el futuro lo que justifica el presente! De ahí la importancia del estudio de los objetivos pues constituyen una manera de entender el llamado del futuro, el cual ocurre en el presente gracias a un pasado existencial. Pero es desde el futuro que ocurre el llamado teleológico del presente…
En términos de la investigación, la razón de ser de la actividad científica estriba en conocer, saber más, en la obtención de conocimiento, en la búsqueda meticulosa, sistemática y a veces apremiante de las cosas, como también de su sentido. El  efecto teleológico de la investigación se despeja en la medida que el investigador delinea su propósito finalista, de anticipación, y precisa en el tipo de investigación la finalidad de la misma. De ahí que a través de los tipos de investigación se hace más fácil entender la teleología de la investigación -en investigación integrativa, holista-, y se hace también fácil advertir el riesgo que entraña el cambiar de manera arbitraria, también ligera, un objetivo, ya que al variar éste ¡cambia radicalmente la investigación! (ni mencionar cuántos tutores y asesores en investigación cambian arbitrariamente el objetivo en cada revisión que tienen oportunidad de efectuar, sin percibir las consecuencias de tal hecho). Y este cambio se logra tan sólo con la modificación del verbo que formaliza el objetivo general…
Es importante también tener en cuenta que cuando se trabaja la investigación desde un paradigma, desde un único modo de hacer ciencia, precisar el objetivo de investigación puede ser considerada tarea irrelevante, pues ¿¡qué otra finalidad debe cumplir la investigación, por ejemplo, dentro del positivismo, que el verificar hipótesis!? ¿O cuál otro propósito debe perseguir el científico social dentro de la investigación-acción que no sea la actividad misma, la praxis como determinador del sentido propio de la ciencia? En cambio, si el investigador trabaja desde una matriz amplia, se inscribe dentro de una comprensión integradora de la ciencia, dícese holística, las posibilidades metodológicas se amplían, la cultura científica mejora y las potencialidades aumentan, cosa que repercute en la teleología de la investigación al enriquecerse el proceso metodológico con más de diez tipos distintos de investigación. ¡Variadas opciones de anticipación que desde el futuro llaman al investigador y le urgen en la tarea de precisar a dónde quiere llegar o, en términos prospectivos, de cuál futuro quiere partir! Dicho lo anterior, ¿cuál sería la finalidad de una investigación descriptiva? Evidentemente describir. ¿El de una investigación comparativa? Comparar. ¿De una investigación analítica? Analizar. ¿De una predictiva? Predecir. ¿De una explicativa? Explicar. ¿De una proyectiva? Proyectar. ¿De una interactiva? Pues actuar. ¿En una confirmatoria? Confirmar. ¿En una evaluativa? Evaluar. Esto que parece tan sencillo no lo es para buena parte de los investigadores, llámense tutores, asesores, metodólogos, tesistas, especialmente por conocer, aceptar o exigir una sola modalidad de la investigación, en todo tiempo, para todo propósito y para todos los investigadores e investigaciones a su cargo.
En investigación integrativa (Hurtado de Barrera, Metodología de la investigación. Caracas: 2010), diez objetivos de investigación remiten a diez tipos de investigación y, resuelto este aspecto, le corresponde a cada tipo de investigación la precisión de la arquitectura científica por vía del diseño metodológico. Luego, se determinan los objetivos específicos…
En una propuesta de indagación el tino por parte del investigador está en precisar la naturaleza de la investigación según la finalidad de la misma. Sin embargo, esto que es determinante -la simple formulación del objetivo-, presenta grados de complejidad. De ahí que se justifique un libro como Formulación de objetivos de investigación, de Jacqueline Hurtado, inspirado en las dificultades que confrontan algunos investigadores cuando se abocan a determinar el tipo de investigación y la resolución del objetivo general, especialmente cuando la interpretación con respecto a la finalidad de la investigación es vista desde cada disciplina profesional pues hay que advertir que la formulación de objetivos en educación o en filosofía o en planificación, ocurre de manera distinta.
Se insiste: la investigación es una actividad organizada, sistemática, orientada hacia la obtención del conocimiento. Los objetivos orientan suficientemente al investigador en tal propósito, con las características de anticipación. Si el objetivo advierte sobre a dónde se quiere llegar, antes de partir, entonces, es el futuro el que motiva el proceso metodológico.
Caracas, Venezuela

Nota: Interesados en profundizar en el tema sobre los Objetivos en investigación: Hurtado, Jacqueline. 2010. Cómo formular objetivos de investigación. Caracas: Quirón. www.cieasypal.com  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario