domingo, diciembre 22, 2013

Distinciones semánticas para la categorización filosófica del conocimiento


Marcos Fidel Barrera Morales

Aspectos desarrollados en el Diplomado de Filosofía, y en el de Investigación y metodología de Ciea-Sypal, Universidad del Zulia, Universidad de Los Andes (Venezuela). Conferencia en Instituto Venezolano de Investigación y Servicios Educativos, Ivised. Conferencia en Primer encuentro sobre Filosofía, educación y sociedad. Maracay, Aragua, 2012. Texto desarrollado en los libros Piedra, papel y filosofía (2012), y Filosofía de la ciencia (Caracas, 2014)

Palabras clave: Filosofía, gnoseología, epistemología, ciencia, ontología.

Resumen: Variados criterios se precisan en la tarea de identificar claves semánticas que permitan la conceptualización en estudios cercanos a la filosofía y la ciencia. Este requerimiento, que constituye un esfuerzo importante y una necesaria exposición, especialmente por los contextos mediados por la interdisciplinariedad, ayuda a orientar las reflexiones, el discernimiento y la explicitación argumentativa. Las precisiones semánticas son de singular ayuda para todo interesado en cualquier vertiente del conocimiento, en este caso para profanos en materia filosófica y profesionales que estén poco familiarizados con la bondad de los conceptos, y requieran ciertas definiciones, como guías nominales y conceptuales. Entre otros criterios –y para efectos de este acercamiento temático-, importa precisar semánticamente lo relativo a la filosofía, la gnoseología, la epistemología, la ciencia, la ontología…

Distinctions sémantiques pour la catégorisation philosophique de la connaissance

Mots clés: Philosophie, gnoséologie, épistémologie, science, ontologie

Résumé: Divers critères sont précisées dans la tâche d'identifier clés sémantiques permettant la définition dans les études proches de la philosophie et la science. Cette injonction, qui constitue un effort important et une exposition nécessaire, notamment par les contextes régis par l'interdisciplinarité, aide à orienter les réflexions, le discernement et l'explicitation argumentative. Les précisions sémantiques sont de unique aide pour tout intéressé à tout aspect de la connaissance, dans ce cas pour profanes en matière philosophique et professionnels qui sont peu familiarisés avec la bonté des concepts et exigent certaines définitions, comme guides nominaux et conceptuelles. Entre autres critères - et pour les effets de ce rapprochement thématique-, ce qui importe est de préciser sémantique ce qui concerne la philosophie, la gnoséologie, l'épistémologie, la science, la ontologie…


Distinciones semánticas
para la categorización filosófica del conocimiento

Marcos Fidel Barrera Morales

La importancia que tradicionalmente ha tenido la filosofía en la cultura universal, aunado al esfuerzo que históricamente ha venido presentando la ciencia a fin de ser reconocida como fuente de conocimiento filosófico, lleva a plantear la necesidad de efectuar algunas precisiones de carácter semántico, y otras de naturaleza didáctica, con el propósito de identificar relaciones y determinar rasgos que configuran la naturaleza de estos dos enunciados: ciencia y filosofía. Estas precisiones tienen que ver con aspectos de carácter semántico, que aun cuando corresponden a expresiones lingüísticas necesariamente aluden a aspectos de mayor implicación en el desarrollo argumentativo. De ahí su importancia y de ahí, también, el propósito de esta reflexión, la cual pretende efectuar un acercamiento tangencial a los términos y a su sentido, a fin de configurar un camino que despeje su estudio y oriente sobre una forma deliberada, metodológicamente hablando, para su explicitación científica y filosófica.
Este esfuerzo, el de la comprensión y el hallazgo de una forma de desarrollo susceptible de ser ajustado a cada contexto, pasa por el propósito de precisar términos y conceptos matriciales, como lo son lo que alude a la filosofía, lo que corresponde a la gnoseología, lo particular de la epistemología, lo propio de la ciencia, lo que atañe a la técnica y aquello que identifica la ontología. Lo que sigue constituye, entonces, el acercamiento a estas precisiones, con la intención de motivar su estudio y profundización, a posteriori.

Esquematización
Esquema eulerizado elaborado por el autor para
ilustrar relaciones de inclusión de claves
semánticas de orden filosófico (2009-2012).
El esquema a desarrollar en este capítulo corresponde a un recurso de eulerización (Doran, 1999. Barrera, 2010, a), en aras de advertir que las referencias abstractas y, a su vez, lineales, progresivas de dichas categorías tienen un valor asociado con la didáctica del conocimiento. Más bien, constituye el presente ejercicio una forma de propiciar la reflexión sobre los términos en cuestión, y de prevenir confusiones, las cuales suelen ocurrir por falta de distinción, en oportunidades, o por exceso de ella –especialmente si subsiste una postura barroca en el manejo de los términos-. En consecuencia, el presente desarrollo se sugiere sea visto con propósitos de distinción semántica y de didáctica progresiva, a fin de facilitar un efecto de carácter gestáltico, pues una vez aprehendidas dichas categorías queda establecer sus relaciones y propiciar su ampliación y empleo.
Los grafos integrativos informan sobre la naturaleza de las relaciones en grado de inclusión, y permiten apreciar cierto degradé que permite entrever la importancia de dichas relaciones. También, facilita el asomo de una didáctica de las inclusiones, como también de las explicitaciones que concurren en cualquier análisis. De tal manera ocurre con este camino emprendido en torno a la determinación de estos conceptos, los cuales una vez estudiados de  manera deductiva, abren el camino para su tratamiento inductivo, así como también para que, en fase posterior, suceda la ruptura de la linealidad mediante el establecimiento de las relaciones que se quieran.

Filosofía
Cualquier cantidad de reflexiones se han publicado en torno a la comprensión de lo filosófico y del hecho filosófico, lo que hace ver que el esfuerzo de una distinción sea pretencioso. Sin embargo, con criterio sintético y con propósitos de afirmación de principios del presente documento, es importante precisar aspectos que abonen el campo de la argumentación. En consecuencia, a manera de reflexión de entrada, puede decirse de la filosofía:
1. En origen, la filosofía se estudia como la tendencia natural que se tiene en la vida hacia la sabiduría, hacia la comprensión de cosas, hechos y situaciones, de una manera tal que una vez ocurrida dicha comprensión filosófica decanten principios, afloren verdades y se emitan afirmaciones suficientemente representativas, con grado de generalización, por su trascendencia. Este aspecto, si bien en oportunidades es difícil de precisar, es determinante a la hora de desarrollar los argumentos, pues lo filosófico se distingue necesariamente de lo meramente conceptual e ideológico, o de lo auténticamente descriptivo o de lo necesariamente fáctico, por sus efectos de permanencia y amplitud, sin que a estos otros aspectos no se les reconozca su valor en materia del conocimiento inmediato.
2. Es propio de la naturaleza humana el saber y el conocer, y el tender hacia ello. Es una condición inevitable, pues por más intentos que se hagan, incluso en contra de esa tendencia natural, se termina de igual manera sabiendo. En consecuencia, ha de reconocerse la filosofía como una condición natural y necesaria, extensiva de lo que el humano es, ya que -salvando un riesgo determinista que estaría más asociado con lo que se conoce-, la naturaleza tiende naturalmente al saber, de manera que una vez que se sabe, más saber se quiere. Esta afirmación de Aristóteles está en la raíz de su inquietud filosófica al advertir que “todos tienen naturalmente el deseo de saber” (Metafísica, I, 1. Pg. 11). Esa inclinación natural, esa tendencia, hacia la cual se ordena quien tiende, se ha entendido como amorosa. El amor –philos, como ímpetu natural, profundo, permanente-, impulsa hacia el saber -sofía-, con la garantía de que lo encontrado permite descubrir que la razón de ese amor no tanto radica en lo que se encuentre, sino en un fin ulterior, permanente y progresivo que nunca se sacia pero que en cada encuentro da motivos para creer, para conocer, para saber, para la felicidad y, también, para una suerte de insatisfacción que impulsa a seguir indagando.  Es la filosofía la historia del amor y del saber, que se encuentran a profundidad, y en ese encuentro se descubren incapaces de agotarse a sí mismos y, entonces, se vislumbran con una atemporalidad capaz de llevarlos a nuevos desarrollos, a nuevos descubrimientos, a nuevo saber… eternamente aprendiendo. La metáfora del amor, que la tradición filosófica ha recogido como clave conceptual para entender la filosofía, sigue vigente. El amor es entusiasta, es motivador, es cautivador. Tiene la ventaja del emprendimiento, de la disciplina, de la rigurosidad y de la exigencia. Y el filósofo –amante del saber-, como buen enamorado, busca, indaga y persiste. Y una vez que encuentra, se extasía en la admiración, como contemplación activa que propicia realizaciones, ejecución de proyectos, formulación de iniciativas… y nuevos propósitos. Porque es propio de la filosofía el amor al saber, pero más que al saber que se sabe (se tiene), se ama el saber que está por saberse, el saber por venir.
3. El amor filosófico es integral (Maritain, 2012), compromete la naturaleza antropológica en todas sus dimensiones. Se vivencia de forma tal que impacta la racionalidad y las maneras de esta potenciarse. Se expresa como volición, y se hace acto, presencia, decisión, desarrollo. Se transmuta además en afecto, en aprecio, en amor intenso. Y como si fuera poco, el amor filosófico trasciende, va más allá sin olvidar el más acá. Indaga, busca, se esfuerza y, luego del hallazgo, de su disfrute y contemplación, emprende nuevamente la tarea de seguir buscando. En la afirmación de Julián Marías, “el objeto de la filosofía es trascendental” (1980: XXXI), se descubre el sentido filosófico del más allá, de la filosofía. De esa manera, por sus implicaciones, también por el esfuerzo que conlleva y por el método reiterativo que permite volver al evento filosófico para siempre recrearse en su consideración, ¡siempre habrá algo por decir! Es la filosofía una forma de saber y de conocer permanente, reiterativo a veces, y cuya vuelta a su estudio significa novedad.

Gnoseología
La gnoseología constituye una expresión de la filosofía que se especializa en el conocimiento, como facultad, dimensión y tendencia. Estudia el cómo se conoce, más que el qué conoce. Ese estudio implica el reconocimiento de la capacidad de pensar y una preocupación por determinar sus características modos y manifestaciones. Se estudia también la gnoseología como teoría del conocimiento , en alusión directa al estudio de las maneras mediante las cuales el intelecto razona, abstrae, procesa y conceptualiza.
En su origen griego (γνωσις, gnosis, nous) alude al conocimiento en cuanto a actividad del pensar y a la forma como se piensa, tarea pensante y capacidad de conocer (Platón, Teeteto, 1969), en relación directa con las formas que emplea y los procedimientos mediante los cuales valida lo que conoce. En consecuencia, gnoseológicamente hablando, las afirmaciones remiten al descubrimiento de las maneras mediante las cuales se produce el conocimiento, tanto en los procesos, el método, la capacidad cognoscitiva y los recursos que neuro, empírica y conceptualmente se desarrollan. Como lo señala José María De Alejandro, en Gonoseología, “La investigación gnoseológica intenta descubrir las causas supremas del conocimiento humano” (1974: 5) y “determinar no sólo la capacidad de la mente humana para el conocimiento cierto en general, sino también para el conocimiento científico y metafísico en particular, así como señalar y descubrir los criterios supremos y universales de toda certeza” (op. cit.: 5).
Cercana a la gnoseología se encuentran la psicología y la lógica, por lo que es posible que se establezcan relaciones directas y haya autores que prefieran denominarlas de esa manera. Eso se justifica, dada la preocupación de la gnoseología por los procesos mentales y por las capacidades tanto de raciocinio y de abstracción, como de logicidad y coherencia. De esta manera, la lógica se acerca a la gnoseología, pudiendo en un momento determinado estar ubicada la lógica como ciencia auxiliar de la gnoseología: todo pensar, como proceso y como desarrollo, es lógico y obedece a procesos y elaboraciones en las cuales están presentes la ilación, la coherencia, el raciocinio, la abstracción, la pertinencia y la prudencia...
Es importante distinguir muy bien estos conceptos, a fin de diferenciarlos tanto de la filosofía, en lo que a concepto se refiere, como a la epistemología, vertiente esta de la filosofía y de la pragmática científica con la que suele confundirse. Es necesario tener en cuenta que las precisiones de carácter gnoseológico están en relación directa con la matriz reflexiva que ampara tal propósito, por lo que se establece una relación directa de la gnoseología con la epistemología. Se tiene una noción gnoseológica en relación directa con el modelo epistemológico, y según el modelo epistémico se explica el evento llamado gnoseológico. Sin embargo, a pesar del modelo epistémico, hay aspectos de carácter gnoseológico que se expresan de manera distinguible, lo que hace que lo gnoseológico con base en el principio de identidad, tenga formulación propia.
Son aspectos íntimos del quehacer gnoseológico lo vinculado a la reflexión, a la interiorización, a la abstracción, a la imagen sensible, la imaginación, la simbolización, la ideación y la predisposición al acto, incluyendo un acercamiento tangencial a la intuición, a las impresiones, incluso a la revelación y al descubrimiento..


Epistemología
La epistemología constituye la vertiente de la filosofía que se ocupa de los saberes soportados sobre las disciplinas, las ciencias y los oficios. El origen del término, devenido del lenguaje coloquial, advierte sobre el conocimiento que se soporta en algo. El prefijo griego epis -sobre, encima-, y teme, asociado con verdad -reminiscencia de Themes, diosa de la verdad-, indica conocimiento o verdad que tiene soporte, sustentación, que está basado en algo. ¿En qué? Pues en experiencia, en la realidad, en la naturaleza, en ciencias, disciplinas, artes y oficios. Esta alusión al conocimiento sostenido, desde el lenguaje natural y por asociación con la física, fortaleció la presunción de que el conocimiento duro era justamente el que se soportaba sobre las ciencias naturales, presunción que marcó el desarrollo científico por muchos siglos. Cuando se desarrollaron las ciencias humanas y sociales, particularmente en el Siglo XX, por oposición al pensamiento soportado en las ciencias naturales, se desarrolló un cierto sentido peyorativo al hacer creer que existían unas ciencias “duras” y otras “blandas”, siendo las primeras (naturales) más creíbles que las segundas (sociales). Sin embargo, a finales del mismo siglo tal aseveración fue perdiendo fuerza por la importancia y desarrollo de las ciencias sociales, y por el derrumbe de mitos asociados con la materialidad, que a través de la mecánica cuántica reveló lo duro como indefinido, como aleatorio y probable, y lo verdadero tan sólo como posible.
El tránsito entonces, epistemológico, es decir, soportado en la ciencias, se configuró según la disciplina y de acuerdo a la tradición, premisas y propósitos, lo cual dio origen a configuraciones conceptuales que con el tiempo se precisaron como modelos, corrientes o tendencias epistemológicas. De esta forma, se determinó una episteme según modelos centrados en la experiencia de las ciencias naturales, y otras en la capacidad abstractiva, de raciocinio y simbolismo. Mientras que otras, por sus propios caminos, fueron determinadas por la capacidad de ideación y de invención, sin faltar las maneras epistemológicas sustentadas en los oficios, las prácticas y en los desarrollos progresivos. Estás tendencias y efectos configuraron los llamados modelos epistemológicos (Barrera, 2010b), los cuales son vistos como representaciones culturales del conocimiento, de los cuales se desprende ciencia, ideas, filosofía, prácticas, productos… Son los modelos maneras gestálticas, casi sistemas, cuyo valor estriba en la organización del conocimiento y en la precisión de un orden lógico que configura un corpus conceptual, argumental y práctico, que permite tanto la identificación de su propia manera de hacer ciencia, como otras formas de pensar, el establecimiento de la relaciones y la determinación de las maneras mediante las cuales el conocimiento se imbrica, se enreda y se fortalece.
Es equivocado plantear que episteme es conocimiento duro, por oposición fáctica al conocimiento blando de otras ciencias, como si las otras ciencias no generaran episteme: todas las ciencias, por el hecho de ser ciencias, generan episteme, generan conocimiento, son fuente de saber.


Ciencia
Es la ciencia aquella comprensión de los eventos, de los fenómenos, de las situaciones y de cuanto se conoce y está por conocerse, en términos de la formalización de los saberes. La ciencia da origen y sustento a los oficios, a las profesiones y a la actividad que se cumple en cualquier contexto y lugar, laboral, existencial e intelectualmente. Es, a su vez, compendio de conocimiento, expresión de experiencia, desarrollo de ideas, precisión de conceptos, acopio de métodos y técnicas, y determinación de preceptos. Como lo explica Eduardo Nicol, en Los principios de la ciencia, es “todo conocimiento que funde su legitimidad, por una parte, en la evidencia de una realidad determinada, y por la otra, en su organización objetiva, metódica y sistemática” (2001:10).
La ciencia corresponde a un conocimiento que por ser elaborado con propósitos de aplicación y desarrollo, está llamado a ser superado. Por eso, la ciencia evoluciona, deviene, se perfecciona. Constituye, entonces, una forma actualizada, permanente de conocimiento que vive su propia autorregulación, además de su propia anulación pues la misma ciencia, en oportunidades, luego de efectuar afirmaciones en un sentido, cambia radicalmente su pronunciamiento, a favor de otras tesis.
Es también la ciencia el resultado de arduos procesos investigativos, centrados sobre el deseo de conocer, en recorridos que cubren distintas fases: exploratoria, descriptiva, analítica, comparativa, explicativa, predictiva, proyectiva, interactiva, confirmatoria, evaluativa (Hurtado, 2010).
Es también la ciencia producto de la sistematización de experiencias, de la abstracción que de las prácticas de dichas experiencias se hacen a fin de aprender, de conocer y profundizar.
Si bien la ciencia tiene que ver con maneras formalizadas del conocimiento, provenientes de variadas vertientes del saber, no todo lo que por esas vías provenga adquiere la categoría de ciencia. Para que sea reconocida como tal, varios criterios determinan su composición, suficientes para darle existencia, configuración, veracidad y oportunidad. Entre tantos, pueden plantearse los siguientes.
1.    Toda ciencia tiene un área, aspecto o evento específico de interés.
De algo se ocupa la ciencia, sobre algo indaga y sobre ese evento se desarrolla.
2.    Toda ciencia tiene ideas, conceptos.
El aporte conceptual, teorético y filosófico de toda ciencia es indudable.
3.    Toda ciencia tiene logros.
La condición fáctica de la ciencia es imprescindible pues por sus efectos es que la ciencia se distingue.
4.    Toda ciencia tiene método.
Aporte de cada ciencia lo es su método. La manera como desde cada ciencia se resuelven problemas, se indaga y se determina el conocimiento es distintiva de cada una de ellas.
5.    Toda ciencia tiene desarrollos, aplicaciones, efectos.
Por muy abstractas y teóricas que sean las ciencias, no dejan de ofrecer desarrollos concretos, aplicaciones y logros determinados. Arte, literatura, procedimientos…
6.    Toda ciencia tiene autores y, en consecuencia, obras intelectuales.
Las ciencias tienen la virtud de ser conocidas y estudiadas gracias a la producción intelectual que de ellas emana. De ahí la importancia de escritos, obras, textos y cuanto efecto comunicacional resulte. También, los autores simbolizan determinadas ciencias.
7.    Toda ciencia tiene ubicación sociocultural.
En cada cultura y en cada experiencia se desarrolla ciencia, y la ciencia soporta cada experiencia relacional y societaria.
8.    Toda ciencia tiene técnica y provee tecnología
La perfección de instrumentos, de recursos y de procedimientos hace que la ciencia también sea reconocida por logros, productos y formalizaciones técnicas y tecnológicas.
9.    Toda ciencia descubre, explica, predice.
La ciencia se basa tanto en la práctica, como en el enigma y el descubrimiento.
10. Toda ciencia se actualiza.
Una de las características de la ciencia es la posibilidad de evolucionar, su constante cambio, lo que la hace vulnerable en afirmaciones pero fuerte en predicciones y nuevos desarrollos.


Ontología

Corresponde la ontología a los estudios relativos al ser, a partir de los aspectos que le corresponden. Del ser que es, en los términos de lo que es, con un sentido aparentemente dual: trata de lo general en cuanto a concepto, orientación, naturaleza y propósito, pero también alude a lo particular, a cada ser en cuanto que es, en sentido también general, sin necesariamente especificar de cuál particular se trata. De ahí que la ontología ahonde en el estudio y comprensión del ser, y emerja a su vez como explicitación de categorías susceptibles de ser aplicadas al estudio del ser en sí, y por extensión, a todos los seres. Gracias a la ontología se pueden afinar conceptos, precisar naturalezas, describir condiciones e indagar sobre las cosas. Como lo advierte Aristóteles, “Hay una ciencia que estudia el ser en tanto que ser y los accidentes propios del ser. Esta ciencia es diferente de todas las ciencias particulares, porque ninguna de ellas estudia en general el ser en tanto que ser” (Metafísica, IV, I. 2003: 78)
Toda filosofía trata de seres, toda epistemología alude a los seres, toda ciencia se entromete con los seres, pero todos los tratan de manera muy particular, pues al ser que es, en términos de cualquiera de las referencias anteriores, cada disciplina, ciencia y epistemología lo estudia de manera distinta. Y, aún, a pesar de esas distinciones de término y de comprensión, en el fondo, se trata de los mismos seres: esto es, lo que es, en términos de lo que es, como es, por lo que es, para lo que es… Esta reflexión con respecto a lo que es honra la tradición filosófica que desde tiempos anteriores consagra la importancia del ser como ser –fuente de verdad-, tal y como lo expuso Parménides en su poema: es el único camino para conocer, el del ser, el de lo que es (porque el camino de lo que no es, no lleva a ninguna parte) (2012).
En consecuencia, estas precisiones semánticas ayudan a comprender la naturaleza propia de las cosas y a determinar la importancia de la ontología, pues es ella la expresión del saber y de la filosofía por su capacidad de hablar de todo, sin necesariamente referir a algo (porque, si en nombre de la ontología se remitiera a un algo se produjera un reduccionismo o, también es probable, ocurriera un ejercicio de hipóstasis, si se entiende por esta como la oportunidad en la cual el ser, que es, se precisa de manera particular a fin de ser identificado de alguna forma, para efectos de su ubicación con respecto a la ciencia, a la naturaleza, a la historia o al conocimiento).
Mención especial merece la ontología en la actividad científica. Como en la ocupación del investigador la precisión ontológica es necesaria, pues determina exactamente el sentido de lo que quiere, en los términos que quiere, es importante tener en cuenta que esta identidad ontológica -más que aludir al evento de estudio, que corresponde a la fase descriptiva de la investigación y pudiera ser la objetivación de rasgo hipostático-, tiene que ver con la tarea de develar lo que subyace detrás del propósito científico, con rasgo gestáltico, así como también lo propio de cada objetivo metodológico, en la profundidad de lo que trata la investigación, con el propósito de ahondar en su compresión, precisión y desarrollo. Pues, si se hace la lectura ontológica de un proceso metodológico en aras de cumplir con una intencionalidad de investigación, se accede a un nivel de aprehensión de singular importancia en el quehacer científico, epistemológico y filosófico. De esta manera se estaría superando el inmediatismo que ofrece la lectura fenoménica, para ahondar en lo que está oculto a la mirada inicial, pero que luego de su acercamiento reiterativo se manifiesta con toda claridad. Y eso es lo ontológico.

Fuentes
Aristóteles. 2000. Metafísica. Bogotá: Ediciones Universales.
Barrera Morales, Marcos Fidel. 2010, a. Holística. Caracas: Quirón.
Barrera Morales, Marcos Fidel. 2010, b. Modelos epistémicos en educación e investigación. Caracas: Quirón.
De Alejandro, José María. 1974. Gnoseología. Madrid: Bac.
Doran, Jody; Hernández, Eugenio. 1999. Las matemáticas en la vida cotidiana. Madrid: Addison-Wesley.
Hurtado, Jacqueline. 2010. Metodología de la investigación. Bogotá: Quirón.
Marías, Julián. 1980. Historia de la filosofía. Madrid: Revista de Occidente.
Nicol, Eduardo. 2011. Los principios de la ciencia. México: Fondo de Cultura Económica.
Platón. 1969. Obras completas. Madrid: Aguilar.

Fuentes electrónicas
Maritain, Jacques. 2012. http://www.humanismointegral.com/. Visita: febrero de 2012.
Parménides. 2012. http://www.galeon.com/filoesp/Akademos/textos/parmen.htm. Visita: febrero de 2012.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -



No hay comentarios.:

Publicar un comentario