Marcos
Fidel Barrera Morales
Foto, investigadores en la Ucab, Caracas. Este texto
corresponde al Prólogo del libro Formulación
de objetivos de investigación, de Jacqueline Hurtado.
Caracas, 2010.
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El pensamiento aristotélico consagra la importancia de reconocer que el ser se determina por su finalidad.
El discurso teleológico que de él se deriva signa los propósitos de cualquier
índole asumidos por el humano en cualquier sociedad y en cualquier tiempo. Si
la claridad en cuanto al qué (se es) se obtiene mediante la precisión del para
qué (se es), entonces son los objetivos los que determinan la naturaleza de las
cosas, siempre y cuando el objetivo que se exponga esté en consonancia con
dicha naturaleza.
En términos temporales, el
objetivo remite al futuro -por cuanto la condición finalista, teleológica, es
la determinante del ser y esta, pese a que se pueda estar dando en un presente,
alude necesariamente a un porvenir-. Visto lo anterior, se puede afirmar,
entonces, que ¡es el futuro lo que justifica el presente! De ahí la importancia
del estudio de los objetivos pues constituyen una manera de entender el llamado
del futuro, el cual ocurre en el presente gracias a un pasado existencial. Pero
es desde el futuro que ocurre el llamado teleológico del presente…
En términos de la investigación, la razón de ser de la
actividad científica estriba en conocer,
saber más, en la obtención de
conocimiento, en la búsqueda meticulosa, sistemática y a veces apremiante de
las cosas, como también de su sentido. El
efecto teleológico de la investigación se despeja en la medida que el
investigador delinea su propósito finalista, de anticipación, y precisa en el
tipo de investigación la finalidad de la misma. De ahí que a través de los tipos de investigación se hace más
fácil entender la teleología de la investigación -en investigación integrativa,
holista-, y se hace también fácil advertir el riesgo que entraña el cambiar de
manera arbitraria, también ligera, un objetivo, ya que al variar éste ¡cambia
radicalmente la investigación! (ni mencionar cuántos tutores y asesores en
investigación cambian arbitrariamente el objetivo en cada revisión que tienen
oportunidad de efectuar, sin percibir las consecuencias de tal hecho). Y este
cambio se logra tan sólo con la modificación del verbo que formaliza el
objetivo general…
Es importante también tener
en cuenta que cuando se trabaja la investigación desde un paradigma, desde un único
modo de hacer ciencia, precisar el objetivo de investigación puede ser considerada
tarea irrelevante, pues ¿¡qué otra finalidad debe cumplir la investigación, por
ejemplo, dentro del positivismo, que el verificar hipótesis!? ¿O cuál otro
propósito debe perseguir el científico social dentro de la investigación-acción
que no sea la actividad misma, la praxis como determinador del sentido propio
de la ciencia? En cambio, si el investigador trabaja desde una matriz amplia, se inscribe dentro de una comprensión integradora de la ciencia, dícese
holística, las posibilidades metodológicas se amplían, la cultura científica
mejora y las potencialidades aumentan, cosa que repercute en la teleología de
la investigación al enriquecerse el proceso metodológico con más de diez tipos
distintos de investigación. ¡Variadas opciones de anticipación que desde el
futuro llaman al investigador y le urgen en la tarea de precisar a dónde quiere
llegar o, en términos prospectivos, de cuál futuro quiere partir! Dicho lo
anterior, ¿cuál sería la finalidad de una investigación
descriptiva? Evidentemente describir. ¿El de una investigación comparativa? Comparar. ¿De una investigación analítica? Analizar. ¿De una predictiva? Predecir. ¿De una explicativa?
Explicar. ¿De una proyectiva?
Proyectar. ¿De una interactiva? Pues
actuar. ¿En una confirmatoria?
Confirmar. ¿En una evaluativa?
Evaluar. Esto que parece tan sencillo no lo es para buena parte de los
investigadores, llámense tutores, asesores, metodólogos, tesistas,
especialmente por conocer, aceptar o exigir una sola modalidad de la
investigación, en todo tiempo, para todo propósito y para todos los
investigadores e investigaciones a su cargo.
En investigación integrativa (Hurtado de Barrera, Metodología de la investigación. Caracas: 2010), diez objetivos de investigación remiten
a diez tipos de investigación y, resuelto este aspecto, le corresponde a cada
tipo de investigación la precisión de la arquitectura científica por vía del
diseño metodológico. Luego, se determinan los objetivos
específicos…
En una propuesta de indagación
el tino por parte del investigador está en precisar la naturaleza de la
investigación según la finalidad de la misma. Sin embargo, esto que es
determinante -la simple formulación del objetivo-, presenta grados de
complejidad. De ahí que se justifique un libro como Formulación de objetivos de investigación, de Jacqueline Hurtado,
inspirado en las dificultades que confrontan algunos investigadores cuando se
abocan a determinar el tipo de investigación y la resolución del objetivo general,
especialmente cuando la interpretación con respecto a la finalidad de la
investigación es vista desde cada disciplina profesional pues hay que advertir
que la formulación de objetivos en educación o en filosofía o en planificación,
ocurre de manera distinta.
Se insiste: la investigación
es una actividad organizada, sistemática, orientada hacia la obtención del
conocimiento. Los objetivos orientan suficientemente al investigador en tal
propósito, con las características de anticipación. Si el objetivo advierte
sobre a dónde se quiere llegar, antes de partir, entonces, es el futuro el que
motiva el proceso metodológico.
Caracas,
Venezuela
Nota: Interesados en profundizar
en el tema sobre los Objetivos en investigación: Hurtado, Jacqueline. 2010. Cómo
formular objetivos de investigación. Caracas: Quirón. www.cieasypal.com
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