Marcos Fidel Barrera Morales
Conferencia en Programa Posdoctoral. Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, Unerg/Ivised. San Juan de Los Morros, Guárico, Venezuela. Miércoles 23 de abril de 2014. |
Si se quiere potenciar la cultura de la investigación y, en
consecuencia, estimular el desarrollo social y económico, así como también consolidar
los propósitos de una sociedad justa, equitativa y con oportunidades para
todos, la investigación constituye una opción extraordinaria. De igual manera
si hay interés en avanzar en ciencia, en tecnología, en industria, nuevos
desarrollos y en múltiples aspectos humanos, sociales, artísticos. Para ello,
importa mucho converger hacia la investigación, configurar las líneas matrices,
estructurar grupos disciplinarios e interdisciplinarios de científicos, fortalecer
los semilleros de investigación y las experiencia afines y potenciar los
propósitos científicos, de unos y otros.
Precisiones
Los retos constituyen exigencias que se plantean en un momento
dado, debido a dificultades que se presentan en el día a día, así como también
a imperativos derivados de la necesidad sentida de actualización, cuando no de
precisar nuevos derroteros. Un reto viene a ser, en consecuencia, una
oportunidad para la creatividad, para el desarrollo, y, en oportunidades,
ocasión para retomar un rumbo, derivar en una dirección u optar por un
propósito. También pueden ser vistos los retos como momentos para crear,
recrear y transformar. Sin embargo, el reto por sí mismo no basta, pues quien
realmente lo hace reto es el humano, quien con su capacidad, potencialidad e
inteligencia decide asumir los propósitos y comprometerse en acciones que por
lo regular crean exigencias, abren panoramas, advierten sobre nuevas
oportunidades. Por ello, los retos son oportunidades que se presentan a cada
quien, a fin de dar cuenta de sí mismo, de probarse en capacidad, motivación e
ingenio y de atender de manera oportuna las exigencias que variadas situaciones
le plantean.
Son los retos formas que presenta la vida destinadas a precisar
estados de preparación, de motivación y de capacidad, en cada quien.
Identificar retos, en oportunidades, es tarea complicada, pero
necesaria, especialmente en ocasiones en los cuales estos se disfrazan de
problemas, de urgencias, de impedimentos, también de ausencias, cuando no de
falencias. Además, frente a cualquiera de sus circunstancias, vienen
acompañados de tensiones. Esto es normal, dada la complejidad de los retos,
pues las situaciones que se generan afectan a muchos y determinan acciones,
condicionan propósitos y producen necesariamente efectos mayúsculos. Y si lo
anterior tiende a complicar una situación cualquiera, obviamente la reflexión y
el descubrimiento de los retos a veces pareciera imposible. Sin embargo –como
se advirtió-, hay que tener presente que los retos y su abordaje se asoman como
posibilidad para la superación de conflictos, para la creación de situaciones
novedosas, para la inventiva, la creatividad y las mejores demostraciones de
afecto, intención e iniciativa. El dilema, entonces, estriba en la atención que
exigen los retos, en las características que presenten, en las decisiones que
se tomen y en los compromisos, algunos de ellos capaces de exigir nuevos
parámetros, además de ideas, actitudes, acciones.
Cómo identificar retos
La identificación de retos relativamente fácil para quien está
entrenado, así como también para quien está curtido en la tarea de confrontar situaciones
de complejidad. Sin embargo, para evitar que el reto se perciba más como
problema –por la carga neutralizadora que un problema suele contener-, es bueno
tener presentes algunos criterios, a la hora de precisar los retos,
especialmente en contexto donde impera el criterio didáctico o en aquellos
donde por la fuerza de los acontecimientos se requieren acciones urgentes.
Entre otros aspectos, importa tener en cuenta, que:
-Los retos pueden plantearse como dificultades. En oportunidades, las obstrucciones que se presentan
en una situación en curso, advierten sobre la necesidad de cambiar el enfoque
de la situación, a fin de descubrir salidas, soluciones. Si se perciben las
dificultades, como retos, entonces, las posibilidades de resolver las
situaciones se perciben más fácilmente.
-Los retos corresponden a inquietudes.
Estas son por lo regular de tal magnitud, que obliga a atenderlas, dada la
intranquilidad que generan y la ansiedad que motivan, todo tendiente a su
atención. Estas inquietudes se manifiestan también de forma intelectual y otras
bien pueden ser sociales, de orden laboral y profesional…
Los retos son aspiraciones.
Los sueños, los deseos que se guardan por lo regular con nido potencial de
retos. Aún , cuando en ellos se encuentran aspectos esenciales de realización,
así como tomas de decisión de suma complejidad e importancia.
Los retos como imperativos.
En estas oportunidades, la fuerza de los acontecimientos obliga a actuar, a
tomar decisiones, a proceder. Por lo regular, la obligación manda, sin que esta
condición de obligatoriedad impida reconocer la calificación de reto.
Los retos son oportunidades.
Cuando los desafíos emergen, también lo hacen de sopetón, de forma inesperada,
correspondiendo al aludido la tarea de actuar inmediatamente, ya que en estas
oportunidades, los retos son de ocasión: se asumen o se soslayan. Con una
característica, dada su magnitud –pues ello los convierte en retos-, la forma
de ser atendidos, así como también de ser evitados, marca, deja huella.
Retos relacionados con la investigación
¿Cuáles retos plantea la investigación? Muchos. Variados.
Diversos. Algunos, de competencia social. Otros, de incumbencia institucional.
También los hay de orden conceptual, así como filosófico, político, psicológico
e incluso argumental. También los hay relacionados más con actitudes,
predisposiciones, tendencias y valores. Algunos de ellos obligan la inmediata
atención, mientras que otros se resuelven en la medida que progresivamente se
atiendan. Entre tantos, pueden plantearse los siguientes:
Primero
El reto de ser investigador
Se hace investigación, investigando. Se es investigador o
investigadora a través de ejercicios reiterativos de investigación. Se potencia
la condición científica, mediante actividades cónsonas. El primer reto radica en ser investigadores, en la acción, en
el propósito, en la tarea, teniendo en cuenta dos circunstancias: una, se puede
hacer investigación en un momento determinado, cosa por lo demás loable, pero
si culminado ese ejercicio no se continúa la dinámica científica, no hay
garantía de identificación y condición de investigadores. Por ello, el segundo
atributo relacionado con la tarea de mantener el propósito de investigar y de
adquirir la cualificación en tal sentido, radica en que sea un esfuerzo
permanente, una gestión de todo momento. Si se deja la actividad científica solamente
para oportunidades, entonces, culminada la oportunidad, cesa el propósito de la
investigación, y esto hace perder la categoría de investigador, como
actualización, pues no es lo mismo decir que se es investigador, a que se fue.
La investigación es una cualidad que se desarrolla
progresivamente, que se potencia en toda oportunidad y circunstancia. Es una manera
de verse cada quien profesionalmente, pues la capacidad de conocer a través de
las diversas actividades está abierta a quien quiera verlo de esa manera. Se
trata, entonces, de que cada quien encuentre la manera más idónea, a fin de
potenciar la producción científica, como expresión rutinaria, como actividad constante.
Segundo
El reto de las líneas de investigación
Aspecto singular en los retos lo constituye la creación de
líneas de investigación. Su existencia permite concebir ejercicios
profesionales de largo aliento, más allá de los requerimientos académicos. Las
líneas de investigación son como vías expeditas que permiten a cada quien orientar
su quehacer científico de manera permanente, progresiva y dinámica. Aún más,
constituyen las líneas de investigación opciones de contenido y desarrollo
suficientemente representativas, tanto del perfil de cada quien como de sus
propósitos y ambiciones en torno al saber. Importa precisar, entonces, qué son
las líneas, cómo desarrollarlas, cómo potenciarlas y cómo hacer de ellas una
excusa permanente para descubrir, otear, crear, recrear, inventar. Una vez
logrado este propósito, la actividad profesional rutinaria de cada quien puede
garantizar que en lo sucesivo lo que ocurra tenga posibilidades de ser
considerado aporte significativo, científicamente hablando, amén de las
opciones de apertura hacia nuevos desarrollos que tales propósitos permiten.
Urge, entonces, potenciar el desarrollo de las líneas de
investigación, en toda persona, profesional e instancia: las instituciones,
gracias a sus líneas de investigación se proyectan de mejor manera. Además,
garantizan la producción de conocimiento susceptible de generar múltiples
aplicaciones. De igual manera empresas, fábricas, organizaciones productoras de
bienes y servicios que ven en la investigación la oportunidad para mejorar,
innovar, crear, diseñar, inventar.
Tercero
El reto de la formación científica
La actividad científica obliga la preparación permanente, ya
que es propio del conocimiento derivado de la investigación, en muchas
oportunidades, presentarse como complejidad; también, manifestarse de forma
enmarañada, así como también generar nuevos aspectos, propiciar nuevos
desarrollos, en pro de su fortalecimiento. Estas circunstancias obligan una
actitud del investigador caracterizada por la exigencia de estar siempre dispuesto
a aprender, a conocer, a descubrir, a inventar. De otra forma, quedaría rezagado
de la dinámica productiva que la ciencia y la investigación proveen,
caracterizada esta por las originalidades, las invenciones, así como la
ratificación de aspectos considerados tradicionales.
La secuencialidad productiva científica, así como obliga a
indagar, también exige preparación adecuada, particularmente en lo relacionado
con la batería de insumos que corresponden al quehacer científico, que desde el
punto de vista metodológico lleva a conocer, entre tantas cosas, los tipos de
investigación, los métodos y los abordajes: También, las técnicas, las tácticas,
las estrategias. Y desde el punto de vista conceptual y filosófico, precisar
corrientes del pensamiento, modelos epistémicos y opciones también de
interpretación, susceptibles de ser tenidos en cuenta en cualquier oportunidad
que el quehacer de la investigación así lo requiera.
Cuarto
El reto de la producción científica
Una exigencia formal de la actividad científica, cuando se hace
en su nombre, lo constituye la producción: los científicos están llamados para hacer
ciencia, para propiciar la emergencia de conocimiento, para potenciar el
descubrimiento la invención y todas las maneras requeridas para conocer. De eso
se trata cuando se habla de investigación. La exigencia de todo investigador,
que se precie de serlo, es investigar, lo que equivale a producir conocimiento.
Con una característica propia de la investigación y de la ciencia: el saber derivado
de las investigaciones es inédito, es novedoso, de lo contrario sería mero
reproductivismo intelectual.
La producción generada en la investigación se consagra a través
de múltiples maneras. Unas, como escritos, otras como productos de especial
iniciativa, en terrenos de la creación. También se presentan como propuestas. Igualmente,
han de mencionarse los descubrimientos. Lo importante de todo es que la
producción ocurra, pues al hecho científico le atañen sus efectos, a la
investigación en proceso le conciernen variados efectos y como consecuencia de
los recursos metodológicos, se suceden necesariamente variados productos, según
el momento en el que tales aspectos se manifiestan.
Quinto
El reto de difundir, promover,
socializar el conocimiento
Difundir, promover, dar a conocer, socializar. De muchas
maneras se puede expresar esta exigencia y prerrogativa de la producción
científica, en atención a una presunción formal: en ciencia, lo que no se
difunde, corre el riesgo de ser ignorado, así como también de desactualización.
De ahí que sea importante dar a conocer procedimientos, opciones, resultados.
Las formas de dar a conocer el conocimiento son variadas. Muchas
de ellas tradicionales y, por supuesto, no faltan las novedosas. Muy novedosas.
Entre tantas, la emisión de abstracts,
de artículos, reportes, ensayos, análisis, también la producción de artículos y
otros documentos, in extenso. A su
vez, también lo está el soporte tecnológico que permite a cualquiera hacer
llegar en tiempo real información acerca de su actividad científica, a
cualquier persona interesada, en cualquier latitud en la que se encuentre. De
especial manera, las páginas personales en la web, las bitácoras -blogs-, la actividad en redes y medios
virtuales.
Este propósito de llevar a otros las novedades de la
ciencia tiene como telón de fondo el sentido de responsabilidad personal y
social. La investigación implica un compromiso hacia los demás que obliga
necesariamente a dar cuenta acerca de lo que se hace, de lo que se sabe e,
incluso, de aquello que se desconoce. Porque la investigación tiene esa
característica: en oportunidades tiene más sentido y explicación por el
conocimiento que asoma como posibilidad, que la información que provee sobre
aquello de lo cual conoce. Si no que lo cuenten quienes indagan el espacio
exterior, o la inmensidad microscópica de la materialidad…
Sexto
El reto ético
Consiste básicamente el reto ético en buscar grados de
correspondencia entre lo que se pregona y lo que es, entre lo que se pretende y
los métodos para conseguirlo, así como también entre lo que se desea, se
anhela, y lo que se hace, entre otros aspectos. La ética obviamente lleva a la
valoración de los actos, cuando no de las intenciones. De ahí que sea necesario
precisar en la actividad científica referentes éticos, premisas de eticidad,
decálogos e ideas de imprescindible observación, todo en el marco de los
valores, pues ética necesariamente alude a ellos. Este aspecto de la ética
pareciera en ocasiones relativo, en otras sombrío y en ocasiones sujeto de
omisión. Sin embargo, debe ser tratado, contenido y desarrollado, así sea como ética mínima. Los códigos éticos
siempre son necesarios, aunque su precisión suele ser compleja pues está mediada
por intereses, cultura y circunstancias. Pese a ello, debe saberse que hay
criterios de referencia ética que fungen como constantes, entre los cuales
destacan:
-La búsqueda del bien, sabiendo, sí, que el bien de unos,
implica el bien de otros.
-La subordinación de la actividad de indagación, al
conocimiento, más no lo contrario.
-El principio de responsabilidad humana y social.
-La exigencia de la rigurosidad metodológica.
-La escala de valores en consonancia con los principios
esenciales de lo humano, de la sociedad y de la convivencia.
Séptimo
El reto de encontrar apoyos
La actividad centrada en la búsqueda de apoyos es de vital
importancia para la actividad científica. Sin estas gestiones, el propósito de
realización formal de investigaciones está menguado. Esto obliga a efectuar
variadas gestiones que tiendan a obtener recursos, a encontrar financiamiento y
apoyos. Esta gestión se orienta a obtener en oportunidades aportes en dinero.
En otras, a encontrar utensilios, dotaciones, infraestructura y equipos.
También hay gestiones que pretender encontrar apoyos en servicios, tales como
de consultoría, de asesoría, de reproducciones…
En la actividad que tiende a obtener apoyos debe precisarse la
importancia de la elaboración de proyectos que se estructuren como propuesta
técnica y económica. Estas dos formas contienen información precisa, sobre el
proyecto, la primera, y sobre requerimientos y dineros, la otra. Esta gestión
implica la actividad ante instancias de gobierno, igual ante empresas y
organismos llamados a amparar la ciencia y la investigación. A su vez, es
potencialmente válido acudir a instancias internacionales interesadas en apoyar
iniciativas vinculadas a la ciencia y la investigación.
Octavo
El reto de la gerencia, la administración y la gestión
La importancia de la investigación se mide también por la
capacidad de las instancias, sean gobierno o sociedad, públicas, privadas o civiles,
de precisar formas idóneas, suficientes, que faciliten la actividad científica,
que amparen los propósitos de investigación y faciliten su desarrollo. De ahí
que a nivel gubernamental deben precisarse prioridades en política nacional y
en la gestión de gobierno: esto se evidencia en presupuesto y en estructura formal,
por vía, por ejemplo de ministerios. A su vez, por la creación de entidades
regionales y locales que potencien la actividad científica. También, el apoyo
directo a instituciones encargadas de la formación científica: universidades,
centros de investigación, núcleos y gremios. También, el apoyo a planes e
iniciativas de investigación, tales como colectivos de ciencia, grupos de
investigación y semilleros.
La determinación de Líneas matrices nacionales, y la apertura
para que las regiones y las localidades también instituyan sus propias líneas,
en atención a la idiosincrasia y requerimientos de contexto. Así, se potencia la
generalidad, la regionalidad, la localidad –rasgos distintivos de
endogeneidad-, con criterio científico y rigurosidad científica, amparados por
la calidad de la gestión, la organización y la promoción.
Importa también en el ejercicio del liderazgo: carácter,
personalidad, actitud, valores y conocimiento. El ejercicio de la autoridad
vinculada a planes, proyectos, desarrollos e iniciativas de gestión, en torno a
la investigación y a la ciencia, requiere de perfiles profesionales muy
característicos, pues esta es una actividad que exige de quienes asumen
liderazgo, entre otros aspectos, los siguientes:
Conocimiento de la materia, y esta es ciencia, investigación,
técnica y tecnología. Como se advirtió, el conocimiento metodológico es vasto.
Los recursos que se emplean son múltiples, variados y todos requieren atención
y conocimiento progresivo.
Experiencia. Pues, comprende más el hecho de la investigación,
quien ya es investigador. Además, sabe mejor las exigencias, las implicaciones
y las oportunidades de la investigación, quien se ha curtido en la actividad
científica: esto pasa por la constatación de investigaciones realizadas, por la
precisión de sus propias líneas de investigación operativas, por las publicaciones
realizadas –artículos, papers,
libros-, por eventos y actividades de extensión, complementarios…
Personalidad. La actividad de tomas de decisión requiere de
quien ejerce tal potestad una serie de características que propician, avalan y
apoyan tal gestión, especialmente porque están determinadas por aspectos de
personalidad. Algunas de esas características aluden al carácter, otras a la
emocionalidad, algunas a la capacidad de juicio y de sentido común…
Noveno
El reto de ser felices, o por lo menos intentarlo
La actividad científica constituye una manera existencial
concreta de realización. Más que una circunstancia en la vida profesional y en
la actividad formativa de cada quien, constituye un estilo muy concreto de
ejercicio profesional, permanente, progresivo, con proyección y responsabilidad
social. Constituye un campo para la realización humana y profesional abierto,
libre, exigente.
¿Qué requiere la actividad del investigador? Entre tantas
cosas, confianza, decisión, compromiso, práctica, formación. Confianza, pues el
camino de la ciencia es arduo, progresivo y se sustenta en la confianza del
investigador, primero, en sí mismo, segundo en lo que hace, tercero en los
demás y cuarto, en los resultados. Decisión, pues el empeño, la constancia y la
fortaleza de su decisión exigirá en muchas oportunidades la ratificación de sus
decisiones. Compromiso, pues la actividad científica genera una perspectiva de
vida centrada también sobre el deber, primero, como responsabilidad propia y,
segundo como entrega a los demás. Práctica, como actividad continua, expresada
tanto en la actividad científica propia, como en la de otros, pues ha de
cumplir actividades complementarias: asesoría, tutoría, orientación, difusión,
información. Y formación, pues cada día hay avances en torno a la actividad
científica y en torno a los requerimientos metodológicos que le exigen
inscribirse en una dinámica de actualización permanente. Ni se diga, además de
lo que concierne a las ciencias y disciplinas en las cuales se inscribe su
actividad científica: todo el tiempo en todo momento se exige actualización,
formación continua.
El reto de buscar la felicidad en la actividad científica
permite descubrir que esta, más que una meta, constituye un proceso: un camino
para la realización personal y profesional. De ahí que en cada encuentro que el
investigador realiza -parecido a los logros que cada quien consigue en su
existencia-, está caracterizado por la alegría, la euforia, la emotividad y el
disfrute. Esto hace ver que el sacrificio, el esfuerzo, la disciplina y el
empeño valen la pena, en reconocimiento de una premisa básica: la felicidad,
por ser tan feliz, tiene su precio.
---
Libros sugeridos
Aristóteles:
1990.
Lógica. 1990. Barcelona: Orbis.
1989.
Ética a Nicómaco. Barcelona: Orbis.
Barrera, Marcos Fidel:
2010.
Modelos epistémicos en educación e
investigación. Caracas: Quirón.
2010.
Sistematización de experiencias y
generación de teorías. Caracas: Quirón.
2010.
Líneas de investigación. Bogotá:
Quirón.
Cortina, Adela. 2003. Construir confianza. Madrid: Trotta.
Gauthier, David. 2000. La moral por acuerdo. Barcelona: Gedisa.
Hurtado de Barrera, Jacqueline
2012.
Metodología de la investigación.
Bogotá: Quirón.
2012.
El proyecto de investigación.
Caracas: Quirón.
2014.
Cómo formular objetivos de investigación.
Caracas: Quirón
Nicol, Eduardo. 2011. Los
principios de la ciencia. México: Fondo de Cultura Económica.
Yarce, Jorge. 2009. El poder de los valores.
Bogotá: Universidad de La Sabana.
Electrónicas
Barrera Morales, Marcos Fidel. 2014. “Sugerencias para redactores,
comunicadores e investigadores”. En Abstracción.
Marfibamo.blogspot.com.
Caracas, abril 23 de 2014
www.cieasypal.com Contacto@cieasypal.com @Cieasypal
@Marfiba
No hay comentarios.:
Publicar un comentario